La semana pasada visité Sevilla. Nunca antes había recorrido las calles de esta ciudad, y hoy puedo decir que hay que conocer esta maravilla antes de morir.
No solo por sus edificios emblemáticos o sus calles empedradas, sino también por el aire especial que envuelve esta urbe y ese sol que brilla con una luz única.
Viajar nos hace grandes, y este verano que está a punto de morir merece una buena despedida. Cualquier escapada sirve.
Sevilla, agosto 2012
EVA
sabes dónde estoy yo ahora?:)))
ResponderEliminarsí, En Sevilla, illaaa!
pero el domingo nos vemos en mañolandia de nuevo, no?
como siempre, muy guapa y bonitas fotos!
1besoooo